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A pesar de su alto contenido graso, las almendras son enormemente saludables y muy nutritivas. Aquí repasamos sus más importantes beneficios.
E incluyen un perfil nutricional muy atractivo. Un puñado pequeño de alrededor de 28 gramos contiene:
Fibra: 3.5 gramos.
Proteínas: 6 gramos.
Grasas: 14 gramos (9 de los cuales son grasas monoinsaturadas).
Vitamina E: 37 %
Manganeso: 32 %
Magnesio: 20 %
Además, contiene buenas cantidades de cobre, vitamina B2 (riboflavina) y fósforo. 28 gramos incluyen apenas 161 calorías y 2.5 gramos de carbohidratos digeribles.
Los antioxidantes (sustancias que protegen al organismo del daño oxidativo, que contribuye al envejecimiento y a varias enfermedades) están presentes en la parte marrón de la piel que recubre las almendras.
La vitamina E también está dentro del grupo de los antioxidantes, y su función puntual es proteger las membranas celulares del daño oxidativo.
Y las almendras están entre las mayores fuentes de vitamina E del mundo: como ya describimos, provee el 37 % de la dosis diaria recomendada.
En general, todos los frutos secos son bajos en carbohidratos y a la vez altos en grasas saludables, proteínas y fibras. Esto los convierte en un alimento ideal para diabéticos.
El magnesio en las almendras también puede ayudar a bajar la presión sanguínea. La deficiencia de magnesio suele estar ligada a problemas de presión, independientemente de si se tiene obesidad o no. onsiderando que la mayoría de los adultos no consume la cantidad de magnesio recomendada por día, agregar almendras a la dieta podría tener un gran impacto.
Un estudio de 16 semanas practicado sobre 65 sujetos pre-diabéticos encontró que una dieta con un 20 % más de calorías provenientes de almendras hizo descender el colesterol LDL en un promedio de 12.4 mg/dL (16).
Las almendras son bajas en carbohidratos y altas tanto en proteínas como en fibra. Y ambas incrementan la saciedad, lo cual lleva a un menor consumo de calorías.
Entre el 10 y el 15 % de las calorías dentro de las almendras son difíciles de digerir por el organismo y, por ende, no se absorben. Además, hay algunas evidencias que apuntan a que consumirlas puede elevar ligeramente el metabolismo.
Combinando ésto con la capacidad de las almendras para combatir el hambre, tiene sentido de que sean un gran ingrediente en cualquier dieta para perder peso. Y hay varios estudios que apoyan esta afirmación.
En uno de ellos, una dieta baja en calorías con 84 gramos de almendras incrementó la pérdida de peso en un 62 % comparada con una dieta enriquecida con carbohidratos complejos (24).